miércoles, 20 de abril de 2016

"Y la banda siguió tocando"

Conocimiento científico y comunicación: el papel de la prensa, los congresos, las revistas académicas. El rol de los medios de comunicación .

La actividad científica tiene una preponderancia indiscutible en las sociedades occidentales. En la salud, alimentación, vivienda, transporte y comunicaciones, en el ocio y en el trabajo, en la economía y en el ambiente, podemos detectar la presencia de la ciencia y sus derivaciones. Sin embargo, la ciencia no se ve reflejada en la cultura ciudadana. Por ello se habla de la necesidad de aumentar la cultura científica de la población y se propone el uso de los medios de comunicación en lo que se ha denominado Comunicación Pública de la Ciencia. En la sociedad científica, no se encuentra una nueva respuesta cada día, como para publicarla. in embargo, los medios de comunicación populares tienen la responsabilidad y el deber de concientizar a las comunidades en cuanto a métodos de prevención y curas. Los medios de comunicación no pueden mostrar los avances de la ciencia todos los días porque los procesos de investigación, en su mayoría, son largos. Los medios reconocen a la ciencia cuando se encuentra la solución o la creación a un problema ya sea para prevenirlo o su cura. 

La comunidad científica en Argentina e Investigación social.

La Comunidad Científica Argentina avanza en  la lucha contra el virus VIH, S.I.D.A (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Esta comunidad ha recibido un reconocimiento internacional debido a que han logrado reducir las drogas para esta enfermedad. Un científico argentino dio un paso muy importante para poder derrotar al Sida. Se trata de Andrés Finzi quien, con tan solo 36 años, dirige un equipo de investigadores en Canadá.

Su último desarrollo consiste en una técnica para exponer al virus del Sida, de manera que las células del sistema inmunológico puedan matar a las infectadas.Si todo sale bien, en dos años podrían hacerse pruebas en simios y, de acuerdo a los resultados, probarlo en seres humanos.

La comunidad científica confía en que, en el futuro, el hallazgo pueda servir para evitar la transmisión y mejorarles la calidad de vida a las cerca de 35 millones de personas que conviven con esta enfermedad en el mundo.